lunes, 17 de diciembre de 2012

Lavanderas Blancas



Las lavanderas blancas pasan el final del otoño y el invierno con nosotros. Se ve que les gustan más los inviernos templados del Sur que los fríos y con nieve del norte de Europa. Su nombre científico es Motacilla alba. Aunque por aquí o por mi pueblo le llamamos vulgarmente “Piripita”
El vuelo de la Lavandera Blanca es ondulado y, con frecuencia, emite un agudo grito de vuelo, «tsi-tsi»; lanza el mismo grito en el cortejo nupcial.

Las costumbres nocturnas de la Lavandera Blanca han atraído desde hace tiempo la atención de los naturalistas e incluso de los simples paseantes. En efecto, han sido señalados dormideros de cientos de aves en árboles de avenidas de algunas ciudades, donde van, acaso, a buscar abrigo y protección contra los predadores. Uno de estos dormideros es el que podemos observar en la central térmica del Hospital Puerta del Mar en Cádiz. Se ve que buscan lugares calentitos para dormir. Pensándolo bien es casi lógico. Quién no haría lo mismo. Antiguamente cuando se ponían bombillas incandescentes en los árboles de la Avenida también solían dormir en dichos árboles. E incluso en San Juan de Dios. A primeras horas de la mañana vuelven a desparramarse en todas las direcciones para pasar el día comiendo en los prados.

Se alimentan principalmente de insectos, gusanos y moluscos. A veces de semillas

Suelen criar por el norte de Europa y en niveles altos en el sur y sudeste, de abril a junio. Aprovechan agujeros en rocas, paredes, cobertizos y taludes recubriéndolos con pelos, plumas y lana. Pone de 5 a 7 huevos blanco grisáceo marcados con gris o pardo. La incubación durante unos 14 días y la hace sobre todo la hembra. Los pollos vuelan después de unas dos semanas y la alimentación si la hacen de forma conjunta. Pueden tener hasta dos crías en la temporada.

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